En nuestros pueblos y ciudades tenemos algunas edificaciones de patrimonio, que una vez catalogados así tenemos que conservar en su estado original, a la vez que de vez en cuando, como al resto, les toca hacer algún “retoque”, para rejuvenecer su apariencia.
Caso práctico: cómo restaurar una fachada de piedra.
En esta ocasión, voy a contaros cómo restaurar la piedra de fachada, para que se quede como nueva, poniendo el ejemplo de una obra que hemos realizado en la Gran Vía de Bilbao, en un edificio protegido de 1920.
Las piedras objeto de la restauración habían sido modificadas inapropiadamente, por motivos que no vienen al caso, y se habían quedado en este lamentable estado que podemos ver a continuación. Presentaban agujeros, relleno de un material no apropiado, y desplazamiento de su ubicación original. Teniendo en cuenta que tiene un peso aproximado de 1.000 Kg, resultaba un reto dejarla como nueva, y bien colocada.
Pues dicho y hecho, manos a la obra, comenzamos el proceso eliminando los rellenos inapropiados, y reubicándola. A continuación, preparamos una mezcla artesanal de piedra caliza 0/2 en polvo, mortero blanco y ligante adecuado, con colorante símil piedra añadido, elaborado en la base del color existente.
Después de haber recuperado la geometría original, le dimos un acabado con una limpieza y la aplicación de una pátina de igualación, con terminado envejecido, que aplicamos a todas las piedras ubicadas en esa zona, en todo el edificio. De este modo, hemos conseguido realizar un mantenimiento adecuado, respetando la estética del conjunto:
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Una restauración estupenda! Ha quedado precioso! Un saludo