En el ámbito de la eficiencia energética, es fundamental comprender el concepto que conocemos como medidas activas y pasivas, y de como la conductividad de los materiales afecta al rendimiento energético de edificios y viviendas.
Indice
Qué son las medidas activas y pasivas, y qué papel juega la conductividad de los materiales en la optimización de la eficiencia energética.
El uso racional y responsable de la energía con el objetivo de reducir el consumo y minimizar el impacto ambiental, requiere de aplicar medidas tanto activas como pasivas tanto en la construcción nueva, como en la rehabilitación energética de edificios existentes.
Ambas son importantes para lograr la eficiencia energética en los edificios y pueden complementarse entre sí para maximizar los ahorros de energía y reducir los costos.
Medidas activas en la eficiencia energética
Como decíamos, las medidas activas en la eficiencia energética se refieren a aquellas estrategias que requieren del uso de equipos y sistemas para reducir el consumo de energía, como son:
- Sistemas de calefacción y refrigeración eficientes. El uso de sistemas de calefacción y refrigeración de alta eficiencia puede ayudar a reducir significativamente el consumo de energía en un edificio.
- Iluminación eficiente. La instalación de bombillas de bajo consumo o LED puede contribuir a la reducción del consumo de energía en un edificio.
- Paneles solares y energía renovable: La instalación de sistemas de energía renovable, como son las placas fotovoltaicas, pueden reducir significativamente el consumo de energía en edificios. Estos sistemas pueden generar energía limpia y renovable para alimentar los sistemas de iluminación y climatización.
- Sistemas de gestión energética: La implementación de sistemas de gestión energética puede ayudar a monitorear y controlar el consumo de energía en edificios. Estos sistemas pueden incluir sensores de movimiento y de luz, termostatos programables y sistemas de control de energía.
- Revisión del contrato de energía. Por supuesto que, revisar el contrato de energía para asegurarse de que se está pagando el precio adecuado y de que se está recibiendo la cantidad correcta de energía, es una medida muy activa.
Medidas pasivas en la eficiencia energética
Por otro lado, las medidas pasivas en la eficiencia energética se refieren a aquellas que no requieren del uso de equipos o sistemas adicionales, sino que se basan en el diseño y la construcción adecuada.
Estas medidas pasivas se pueden tomar originalmente en el momento de la construcción y también en una posterior rehabilitación del edificio tanto en cubiertas, suelos, fachadas, etc. En este caso, incluso pueden ser incentivadas por programas de ayuda o de financiación para la rehabilitación energética de edificios.

Veamos algunos de ejemplos de medidas pasivas:
- Aislamiento térmico de paredes, forjado y cubierta. Los nuevos aislamientos térmicos y acústicos aumentan el confort del edificio, así como la eficiencia energética. Destacan el aislamiento SATE y las fachadas ventiladas.
- Aislamiento de ventanas. En las ventanas es muy importante el aislamiento que nos dé el perfil que conforma las hojas y el marco y el que tenga las diferentes capas de vidrio que lo completan
- Orientación del edificio. Un diseño adecuado que aproveche la luz solar y la ventilación natural puede contribuir a la reducción del consumo de energía.
- Control de las humedades. la impermeabilización de cubiertas siempre ha sido clave, y en numerosas ocasiones la necesidad de rehabilitar un edificio tiene su origen en la aparición de humedades. Por ello es imprescindible la impermeabilización del edificio en el paramento afectado ya sea en fachadas, tejados, cubiertas o terraza.
- Uso de materiales con baja conductividad térmica. La elección de materiales con baja conductividad térmica puede ayudar a minimizar las pérdidas de calor o frío a través de las paredes y techos de un edificio.
Precisamente sobre conductividad de los materiales y de cómo afecta al rendimiento energético de un edificio, hablamos a continuación.
Conductividad de los materiales y eficiencia energética
La conductividad (Lambda) de un material indica la cantidad de calor que es transportada en un segundo a través de una capa de 1m en una superficie de 1m2 si la diferencia de temperatura entre las dos superficies es de 1ºKelvin.
En la práctica, la conductividad es lo que define la resistencia de un material a que pase el calor/frío a través de él, explicado de manera sencilla. Un elemento con una conductividad baja, aguantará más tiempo sin transmitir las condiciones ambientales exteriores al interior
Cuando hablamos de eficiencia energética o edificios eficientes, hablamos de edificios que mantienen la temperatura interior más tiempo estable con menos consumo de energía externa, ya sea calefacción o aire acondicionado.
Algunos ejemplos de materiales con baja conductividad térmica se pueden dar en:
- Aislamiento térmico. Materiales como la lana de roca, la fibra de vidrio o el poliestireno expandido son ampliamente utilizados como aislantes debido a su baja conductividad térmica.
- Vidrio de baja emisividad. Este tipo de vidrio tiene una capa especial que reduce la transferencia de calor a través de las ventanas, lo que ayuda a mantener una temperatura interior constante.
- Materiales de construcción con baja conductividad térmica. Algunos ejemplos incluyen ladrillos de arcilla cocida, bloques de hormigón celular o paneles de madera contrachapada.
Estos conceptos aplicados de manera adecuada, contribuye en gran medida a la sostenibilidad y ahorro de costos a largo plazo tanto en casas particulares, como en edificios comunitarios.
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